LA BELLEZA AYUDA …PERO NO GARANTIZA EL BUEN SEXO...


LA BELLEZA AYUDA …PERO NO GARANTIZA EL BUEN SEXO.

Para empezar, debo decir que la belleza no es algo objetivo, sino subjetivo y cultural. Y más allá de que ciertos hombres y mujeres se destacan por su poder de atracción, cautivando a la mayoría, siempre hay diferencias personales muy marcadas. Quizás a usted lo deslumbran las mujeres voluptuosas, mientras que a su mejor amigo le encantan bien delgadas y su hermano, en cambio es devoto de las robustas.
Considerando lo anterior, si va intimar con alguien que cumple con sus estándares de belleza, ya tiene disparador del deseo y de la excitación a su favor. Sobre todo, en caso de los hombres, que somos mas visuales, tener al frente una mirada provocadora, unos labios insinuantes, unos hombros al descubierto, unos pies bien arreglados, unas curvas que no dan ganas de poner frenos… genera altas dosis de energía sexual casi al instante.
No lo vamos a negar entonces, la belleza ayuda, es muy importante, y eso no nos hace superficiales ni adictos sexuales, sino simplemente humanos. Pero aquí nos encontramos con la otra parte del planteamiento: ¿La belleza garantiza el buen sexo? La respuesta es categóricamente NO. Porque un encuentro sexual tiene componentes visuales, pero también de compatibilidad erótica (lo que suele llamarse química), emocionales, sensoriales, interpersonales o contextuales, por mencionar solo algunos.
De hecho, ocurre con frecuencia -aunque no puedo ser injusto y sostener que es una regla universal- que quienes reciben ese reconocimiento social y comentarios positivos con respecto a su atractivo físico tienden a centrarse en él, durmiéndose en los laureles. Así, posiblemente no pongan tanto empeño en desarrollar habilidades sociales y eróticas, ya que creen que erróneamente no las necesitan. De este modo, caen en uno de los pecados capitales más patéticos de la vida erótica: la soberbia, tirando por la borda la posibilidad de aprender y de ser mejores amantes.
Entonces, volviendo al punto central, si tienes un encuentro sexual con esa persona que te deslumbra, que te quita el aliento al imaginarla dentro de tus fantasías… pero en la práctica asume un rol completamente pasivo- la vaca muerta que le llaman, aunque también podría ser un toro-, esperando a que tu seas su fuente de placer…entonces lo mas probable es que no pases un momento inolvidable.
Recuerdo el caso que atendí en mi país Argentina. Su novia era una chica atractiva para él, de hecho, llamaba mucho la atención en situaciones sociales por su elegancia y estilo. Pero entre las sabanas, no solo que no ponía nada de su parte para que el gozara, sino que además le hacía comentarios realmente violentos como: “Tu pene tarda mucho en ponerse duro”, o” mi expareja me complacía completamente y no necesitaba que yo hiciera nada”. El resultado fueron varios episodios de problemas con las erecciones, y una consulta con el experto a la cual obviamente ella no acudió. Este es un caso típico en el que la belleza enciende los motores, pero en el comportamiento los apaga. Y si el hombre no tiene un buen nivel de inteligencia emocional, va a pensar que esa falta de funcionamiento es suya. En realidad, en un caso como el de mi paciente, su única responsabilidad es de no ponerle los limites a una mujer que lo maltrata y comprar la idea de que a pesar de todo debería ser un tigre en la cama.
Mi mensaje central es, precisamente, que aprenda a mejorar sus elecciones (sí, con “ele”, así mejoran las que van con “ere”).si quiere disfrutar del sexo plenamente, por su puesto que es importante que este con alguien que lo provoque desde lo visual, ya sea por sus proporciones corporales, por sus movimientos o por sus accesorios. Pero, además es fundamental que se sienta cómodo, que lo hagan sentir deseado-para los hombres también es algo muy excitante-, que se ocupen de complacerlo, que le den seguridad. En definitiva, que sienta que con esa persona podrá expresar la mejor versión erótica de usted mismo.
Finalmente veamos la otra cara de la moneda. Si es uno de esos hombres con gran sex appeal y le llueven las propuestas eróticas por doquier, no se limite a ser una cara o cuerpo bonitos. Trabajé duro para ser mejor persona, demuestre humildad, esmérese para que un encuentro sea solo sexo, una experiencia. Eso marca la diferencia entre un momento que se olvida apenas se cierra la puerta y una imagen que jamás se borrará de la mente.
Tomado de la revista SoHo. Autor Exequiel López peralta. Psicólogo y sexólogo clínico.

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